Millonarios, con «M» de Miguel

Escrito por @DARIOTOTO81

“Te podés emocionar, te sentís vivo en la cancha y con todo en contra tuyo, te felicito, tenés un par (…) No vas a llegar, pero siempre, siempre con orgullo” Andrés Calamaro.

Atravesamos el sendero de la  vida, sin tener alguna idea de los sacrificios que hicieron nuestros padres, con la cabeza erguida y en ocasiones alma y cuerpo maltrechos, para que pudiéramos ser personas honestas, con principios y valores intentando forjar un mundo mejor. Por supuesto, también nos hicieron a la mayoría, hinchas de Millonarios.

Regalos grandes en demasía, no existe agradecimiento posible, tan solo tratar de repetirlo con los hijos, para que esto nunca acabe.

Cuando se da una “vuelta al mundo” se lee y observa la decadencia de valores, se aprecia día a día a  la pelota sufriendo por personajes que solo quieren vivir de ella sin honrarla, sin la más mínima señal de respeto. Se empieza a perder la fe.

Entonces, de la más profunda oscuridad surge la imagen de Miguel Russo para devolver la esperanza,  al igual que nuestros padres, realiza un sacrificio sublime, intenso, que pone en riesgo la vida misma y padeciendo un cáncer, en plena quimioterapia (2 días antes de la final, tiene una sesión) no renuncia al comando del navío, se corona campeón,  ante Santa Fé, jugando de visitante cuelga la estrella 15 en el firmamento azul y blanco.

¿Errores? Cientos, miles, porque atención, Miguel Ángel Russo, es ante todo un ser humano. Pero uno bueno, de los que hay que rescatar,  cantarle este domingo  y escribirle el resto de la vida, llevarlo siempre en el corazón y jamás olvidar todo lo que nos enseñó.

El hincha tiene como costumbre la crítica y el descontento, es apenas obvio, en el caso de nuestro torneo, cada semestre gana 1, y los otros 19 pierden. Estadísticamente es mucho más probable salir derrotado que obtener un título.

(Vea también: http://www.pasionalbiazul.com/miguel-angel-russo-millonarios-club-dificil/ )

Pero en ocasiones la vida en forma de balón, nos entrega trofeos intangibles, hermosos y eternos, como el haber tenido sentado en el banco a Miguel.

Las muestras de agradecimiento servirán para expresar el sentir de la parcialidad embajadora, pero al igual que en el caso de los “viejos” que no solo nos trajeron al mundo, sino nos amaron hasta que no pudieron más, es nuestro deber honrar la herencia que deja Russo, sentir orgullo infinito y apoyar sin restricción la camiseta más grande del planeta.

“Miguel, cojones, que difícil llegarte solamente a los talones”.  Millonarios siempre, siempre, será tu casa.

 

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