Millonarios 1 Medellín 2. Desastre total de un equipo sin alma
Último partido de local del equipo y ante su gente debía asegurar la clasificación y sacudirse de la mala racha. El equipo lucía nervioso. No se podía acomodar en el campo y a pesar de tener posesión no era profundo. Los creativos estaban desparecidos y la dupla Vázquez – Pereira no pesaba en el partido. El rival montó su doble línea de cuatro y con orden controlaba al cuadro Embajador. Solo hasta el 26 se logró acercar al arco visitante con desbordes y remates de Andrés Gómez. El visitante a punta de juego largo y contragolpe comenzó a acercarse y a generar peligro. Al 43 saque largo del portero rival, Vanegas sale a cortar, despeja pero el rebote golpea en Larry dejando el balón en Cambindo, el delantero encaró a Llinás y con una serie de amagues lo dejó botado en el piso, entró al área y definió a un palo. 0-1 abajo que complicaba aún más las cosas.
Para el complemento el equipo salió con otra tónica, comenzó a tocar por todo el campo e inclinó la cancha a su favor. Silva estuvo cerca de marcar pero llegó tarde a un centro de Ruiz. El equipo lo intentaba por todo lado, pero sus intenciones siempre quedaban en tres cuartos de cancha. Al 63 Alba remató desde afuera y el portero sacó al tiro de esquina. Minuto 77, Bertel tocó con Silva y marcó el pase por toda la banda, el capitán lo vio perfecto y tocó con el lateral, antes de entrar al área Omar centró con efecto y el balón se le coló al portero en el segundo palo. Empate que animó a las 15 mil personas que estaban acompañando al equipo. El cuadro capitalino siguió buscando la victoria y terminó metiendo a su rival en su propia cancha. Apeló mucho al centro y nunca tuvo una opción clara. Y cuando ya el empate estaba cantado, llegó la debacle de la noche. Minuto 93, salida desde atrás del Medellín, el rival le ganó la espalda a Llinás y quedó solo frente a Montero, el jugador tocó a un lado para Pineda que llegó desde atrás y con el arco a su disposición marcó el 1-2 final. Triste noche para los Albiazules.
Derrota casi lapidaria para un equipo que no tiene cabeza. Se le olvidó marcar y la posesión no la puede traducir en llegadas claras. Gómez y Ruiz no son ni la sombra de los jugadores que eran y Luis Carlos no le hace un gol al arcoiris. Pereira no entrega un solo balón bien y aunque le llegan poco le siguen anotando fácilmente. Solo una oportunidad tiene el equipo de revertir esta situación, de lo contrario será el papelón más grande de Millonarios en mucho tiempo. Ahora solo queda ganar o ganar.