Amargo empate en una lluviosa tarde capitalina

Con muchas bajas, el equipo salió a la cancha buscando una victoria que le hiciera pasar el trago amargo de la Copa Libertadores. Al minuto 4 hiló una de las mejores jugadas de los últimos partidos y abrió el marcador. Todos los volantes tocaron el balón, de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, finalmente el balón quedó en Cataño que habilitó a Asprilla, el juvenil centró y Paredes llegó desde atrás para rematar de cabeza. Golazo Albiazul. Millonarios siguió yendo adelante y se veía claro dominador del partido. Al 16 Silva se juntó con Uribe, el volante habilitó de gran manera al goleador que ante la salida del portero lo bañó de gran manera. 2-0 que hacía gritar a los cerca de 20 mil hinchas que fueron al estadio. Pero esos gritos de alegría no iban a durar mucho cuando en solo 10 minutos el visitante iba a empatar el encuentro. A los 22 el rival atacó por la derecha y tras una serie de rebotes en el área el balón le quedó a Pestaña quien no dudó en rematar fuerte arriba para lograr el 2-1. 4 minutos después, nuevamente atacaron la espalda de Asprilla, Salazar entró al área chica y fusiló a Montero. Empate que dejó frío al equipo y lo dejó sin reacción. Águilas siguió ganando el medio campo y se montó en el partido. Millonarios perdió el balón y no volvió a generar peligro, solo se dedicó a pelear y chocar con el rival.

Jader ingresó por Cataño y ocupó la banda. El equipo se veía sin ideas ni variantes, Silva estaba desaparecido y la dupla Vásquez Giraldo tuvo de sus partidos más discretos. Quiñones y Guerra ingresaron al 62. El encuentro se jugaba a lo que el rival quiso, por momentos fue de lucha en el medio campo, luego fue de golpe con golpe con los dos estando cerca del arco rival. Millonarios cuando tenía el balón no sabía que hacer con ella, no tenía peso ofensivo y pocas oportunidades creo. Jader quedó mano a mano y la mandó por encima. 94 minutos después el árbitro pitó el final del partido.

Del cielo al infierno en 10 minutos. El equipo comenzó con mucho ímpetu pero quizá el exceso de confianza y la pasividad fueron capitalizadas por el rival. Tras el empate no supo qué hacer y por momentos pudo perderlo. Las bajas pasaron factura y ahora sin Montero y Vargas, Gamero tendrá mucho trabajo para recomponer. Partido a mitad de semana para recuperar puntos y confianza antes del clásico capitalino del próximo domingo.

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