Casi Perfectos
A pesar del error cometido prácticamente en el último momento del partido, aprovechado por Camilo Vargas para empatar las acciones, Millonarios confirmó con argumentos el por qué se mantiene como líder de la Liga Águila en su visita a Palmaseca para enfrentarse al Deportivo Cali.
Se vio un conjunto Embajador ordenado, estructurado, producto del trabajo táctico que mantiene el técnico Jorge Luis Pinto. Particularmente en el primer tiempo, Millonarios salió desde el primer momento a buscar el balón y proponer, algo destacable sobre todo ante la calidad del rival y su condición de visitante.
“Ese es el estilo que queremos de Millonarios, jugando con la pelota, tuvimos varias oportunidades”, expresó Pinto en sus declaraciones posteriores al encuentro. “Quizás nos faltó la puntada final para más goles”.
A pesar de esa carencia de definición, el equipo albiazul siguió mostrando su juego sin salirse de su libreto definido, ante un Cali que quería ser incisivo y que también tuvo sus oportunidades de hacer daño, a pesar de que la visita no permitió muchos espacios para el desequilibrio.
Según las estadísticas finales, el encuentro fue parejo (10 remates para los azucareros, 9 para Millonarios; 52% de posesión de balón para los visitantes y 48% de los locales), pero la sensación que quedó fue de un albiazul mejor plantado en la cancha.
La importancia de Felipe Jaramillo para el juego embajador quedó patente cuando se produjo su expulsión en el minuto 23 del segundo tiempo por acumulación de faltas. También ha sido fundamental la transformación de Eliser Quiñones (responsable del gol de Millonarios, mediante cobro de penal) y de ser un jugador individualista y excesivamente acelerado, ahora se sacrifica y sabe manejar sus ritmos. El regreso de Christian Marrugo como titular fue bastante satisfactorio, dando a entender que solo requería de minutos y confianza para volver al nivel que la hinchada espera de él. Juan David Pérez, como siempre, sobresaliente. Da gusto seguir viendo a un Roberto Ovelar que sigue disputando balones. La conexión entre mediocampo y delantera es clara. Ya no es aquel mar de incertidumbre que vimos durante un buen tiempo.
Pinto lo expresó en su comparecencia con los medios: “Nuestros volantes de primera línea tienen presencia ofensiva, proponen y controlan; eso es lo que queremos para el equipo”.
El que sigue siendo un signo de interrogación es Christian Huérfano, quien ingresó en el minuto 30 del segundo tiempo. Sus aportes fueron muy pocos, mostrándose fuera del planteamiento de juego. Es urgente que se convierta en otro beneficiario del gran trabajo
que ha hecho el plantel técnico del Embajador para plantear cómo podría aportar en los partidos.
A pesar de todo lo positivo, Millonarios aún carece de solvencia para cerrar los partidos. Un error puntual de marca, quizás no plantearse una jugada tan poco ortodoxa como la incursión del arquero Camilo Vargas en el tercio final, se pagó con la pérdida de dos puntos que prácticamente se tenían en la bolsa. Un Cali hasta entonces apagado volvió a la vida y sus jugadores celebraron como si hubieran ganado la final del torneo.
Quizás los hinchas más acuciosos tengan dificultades en perdonar se le haya permitido a Vargas repetir lo que hizo con la casaca de Independiente Santa Fe el 24 de noviembre de 2011, cuando en el minuto 90 y con un tiro de esquina, tras un cobro fallido de Omar Pérez, Vargas convirtió el tanto.
“Ahí es donde digo que somos descuidados”, confesó Pinto, “porque debemos saber visualizar algunas jugadas. La última acción no es normal, pero debemos reconocer que corrieron bien. Se necesita mayor concentración en el juego en cosas específicas, pero me voy contento por el juego de Millonarios en general”.
Palabras mayores, viniendo de un hombre de fútbol tan exigente. Millonarios ya tiene juego e identidad en la cancha. Menos mal que estos errores se identifican y cometen hoy, para así trabajar en ellos y seguir mejorando. Aparte del “milagro” del denominado por la prensa caleña “San Camilo”, fue un partido en el cual los Embajadores siguen mostrando constante ascenso en su nivel.
Por: Rafael Rojas Cremonesi
@rafaelrojasc