Felices 78 a mi mayor pasión
La Real Academia Española define la pasión como la “acción de padecer” y cuando le pregunté a la inteligencia artificial, me dijo que es “un sentimiento o emoción muy fuerte y desbordante, ya sea de amor, entusiasmo, o cualquier otra emoción profunda”. Para mí, la pasión es Millonarios, porque nunca he encontrado algo o alguien que signifique tanto para mí como mi club.
Llevo cultivando el sentimiento desde hace 15 años, más o menos, siendo consciente de lo que significa seguir a un equipo de fútbol, incluso cuando, por rabia o tristeza, no quisieras hacerlo. Es imposible que mi vida no gire en torno a Millonarios. Es imposible que mis días no dependan de su actualidad. Es imposible, para mí, llevar una vida lejos de mi mayor pasión.
15 años de 78, el 19.23% de su vida. Soy una pequeña parte de un gigante. Pero hago parte. Y no hay nada en el mundo que me haga sentir más orgullosa y fiel a mis principios, que aportar con ese porcentaje.
“Si me muero, quiero volver a nacer y quiero ser futbolista”, dijo uno de los mejores de la historia en el 92. Un hombre lleno de pasión. El mismo que la despertó en el pueblo argentino durante años, incluso después de su muerte. Siguen llenos de pasión.
Si yo me muero, quiero volver a nacer y ser de Millonarios, porque es pasión. La mayor de mi vida. Y la mejor sensación que cualquiera podría experimentar. Mi equipo nunca va a morir, pero si así lo hiciera, todos sus devotos seguiríamos inundados de pasión, no es en vano el cántico que reza “pero lo que no cambia, es la pasión de su gente”.
La pasión mueve a la humanidad. Millonarios la mueve. El fenómeno que es el grande de la capital es difícil de entender si estás parado desde afuera, porque solo lo entendemos quienes lo vivimos, lo sentimos y, algunos, lo llevamos en la piel.
Que la pasión me mueva, me hace pensar que vale la pena continuar. El sol vuelve a salir, las tormentas no son para siempre, el fútbol guarda y Millonarios será eterno. En tu vida, en la mía, en la historia. Millonarios vivirá otros 78 años, y otros, y otros, y aunque nosotros ya no continuemos, los que vienen sabrán que hay una única cosa en la vida que el ser humano no cambiará, ni negociará: la pasión.
Felices 78, gigante. Gracias por acompañarme a lo largo de mi vida, por levantarme, por motivarme, por ser la razón para seguir en pie y por enseñarme que vale la pena poner el pecho para recibir las balas, que abandonar nunca es una opción, que el trabajo no traiciona y que todo se cura con amor. Aguante Millonarios y su gente, feliz vida a todos.