Arnoldo, un hombre diferente
Prendía la moto el guajiro y arrancaba por la banda.
No solo velocidad tenía, un lomo impresionante lo acompañaba y respaldaba para llegar hasta el fondo del campo.
Nunca vi asustado a Arnoldo. Los ojos grandes y decididos por la victoria, jugador de sangre valiente.
Tan grande era el negro que aunque no quisieran jugadores azules en la selección, tenían que llevarlo y él los llevó después de 32 años a un nuevo mundial.
Maestro de la generación que trajo de vuelta el orgullo al corazón azul a comienzos de los 90s, sabiduría y garra impartió siempre en camerino y canchas.
Feliz cumpleaños Guajaro querido. Será imposible ver el escudo del equipo más grande del mundo y no recordarte.
Por: @TotoPeroNoTanto