Sueños esquivos
Escrito por @DARIOTOTO15
“El bogotano Andrés Chitiva desborda por la banda derecha, elude a dos jugadores con una gambeta espectacular, sigue su camino, entra al área, da el pase hacía atrás y Hans Schomberger define de manera sutil y espectacular. Gol, es gol de Millonarios, del nuevo campeón. A falta de tres minutos el conjunto embajador ratifica su victoria sobre el Independiente Medellín y corta la sequía de 24 años sin títulos, Mayer Candelo se abraza con las jóvenes promesas del futbol colombiano, El país se viste de azul, Bogotá está de fiesta.”
Alcanzo a ver a ese par de niños llorando mientras dan la vuelta olímpica de la mano de Hernán Torres, sus lágrimas se confunden con las mías, con las de 40 mil espectadores que abarrotan el estadio de la calle 57 el domingo 16 de diciembre de 2012.
En medio de la rutina que intenta en vano opacar la belleza de la vida, es bueno volar, tomarse media hora, un rato, lo que sea, para divagar y soñar con los ojos abiertos, ¿Qué hubiera sucedido de obtener aquel empleo? ¿Y si ella no conoce esa noche a mi amigo y se enamora de mí?
Pero, siempre el maldito “pero”, es necesario despertar y entonces por un instante la rabia me invade, las pésimas directivas que solo pensaban en lucrar sus ya ricos bolsillos vienen a mi como una pesadilla recurrente.
La fallida promesa del boyacense Hans, su efímero paso por el fútbol. La partida sin retorno de Chitiva, sus escasos 2 partidos con la selección de mayores.
Me consuela el saber que el bueno de Andrés tuvo reconocimiento a su talento y es ídolo en la ciudad de Hidalgo, en México, que cada vez que puede demuestra su amor la camisa que todos llevamos tatuada en el corazón.
Me alegra saber que Schomberger continuó sus estudios y quizás para él fue lo mejor.
Caminamos el sendero que llamamos vida y en cualquier rincón aparece un nuevo motivo para brillar. Ojalá está vez tengamos la sabiduría para no dejarlo ir, cultivarlo y tener la paciencia para disfrutar del esplendor que solo las estrellas saben dar